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Sarah Espeute
Sarah Espeute, creadora del mantel de lino bordado, estrella invitada de nuestra sesión de fotos primavera-verano 2021, vuelve con nosotros para dar forma a una
nueva colaboración: 10 manteles exclusivos con el sello de Sarah Espeute x Le Tanneur. Charlamos con la artista-diseñadora en su taller de la rue Ferrari en
Marsella, donde Sarah imagina sus Obras Sensibles desde hace casi dos años.
La artista nació en Arles, se crió en la Provenza y después se trasladó primero a París y luego a Londres, para por último volver a Francia y abrir su propia imprenta. Luego se interesó por la ilustración de interiores y comenzó a pintar y dibujar muebles que imaginaba cobrar vida. «Pronto me apeteció continuar con el diseño de objetos reales». Entonces fue cuando empezó a combinar su talento para bordar y dibujar. De regreso a su región natal en el sur de Francia, Sarah se puso manos a la obra en su taller
La idea es crear objetos artísticos inspirados en la vida cotidiana, diferentes de lo que se puede encontrar habitualmente, o utilizarlos de otra manera. Intento crear objetos que pongan de manifiesto mi sensibilidad, mi visión de las cosas, y que la gente desee poseer debido a la historia que transmiten. Para ello, he buscado diferentes técnicas que me permiten transformar mis dibujos en
bordados.
De momento, bordo todos los manteles a mano, incluidos los de esta colaboración. Pero mientras investigaba las técnicas, descubrí una antigua máquina conocida como la Cornély, que permite bordar siguiendo a mano el trazado de un dibujo. A veces la utilizan los talleres de alta costura para crear unos objetos preciosos y tengo intención de usarla en mis creaciones futuras.
Me gusta aprovechar sábanas antiguas. Me parecen bonitas y resistentes. Aunque algunas tienen más de 100 años, han demostrado su valía y pueden seguir utilizándose durante mucho tiempo. Me lleva mucho tiempo encontrarlas, revisarlas y seleccionarlas, pero es un material que me parece realmente noble. Su pasado añade valor y autenticidad a mis obras.
Sí, porque me gusta trabajar con objetos sencillos y cotidianos a los que no les afecta el paso del tiempo. Me gusta cuando parece haberse detenido el tiempo, cuando no se sabe si el objeto es antiguo o no. Por tanto, mis creaciones son bastante sencillas y no se enmarcan en una tendencia concreta. Quiero que perduren, que todo el mundo disfrute de estar en su compañía.
El mantel es una forma de vestir la mesa, de hacer que cuente una historia. Mi intención es ir más allá de la utilidad del mantel para darle un fin más decorativo, como si fuera un nuevo elemento de decoración interior. A este
respecto, el mantel está bastante subestimado. Hay que tener en cuenta que, en este trozo de tela de gran tamaño, es posible imaginar lo que uno quiera. Este planteamiento revaloriza el mantel, le confiere una nueva dimensión. Y siempre puede utilizarse como accesorio funcional, si se desea.
Después de diseñar manteles y platos, me apetece mucho seguir explorando y expresando mi creatividad a través de artículos tales como manteles individuales, caminos
de mesa y servilletas. Hay muchos soportes y motivos con los que jugar. Luego me encantaría abordar otros aspectos de la decoración de interiores, como las colchas, las cortinas, las sillas, los cojines. En el interiorismo hay mucho espacio para los textiles bordados.
