De este pequeño taller en Rennes salen creaciones textiles diseñadas para adornar nuestros hogares y ser utilizadas a diario. El tipo de piezas artesanales inesperadas, tanto cercanas como diferentes de las imaginadas por nuestros equipos y talleres. Antes de encontrarlas juntas por primera vez en nuestras vitrinas, conozcamos a Eléonore, quien revela sus secretos de fabricación.

La primera vez que hice algo bajo ese nombre fue durante mis estudios en diseño textil. Fue el nombre de mi proyecto de diploma, y ya estaba proponiendo objetos textiles en ese momento. Regresé a este proyecto hace 3-4 años con el deseo de invertir más tiempo y energía en él.

Lo había estado pensando durante bastante tiempo: crear objetos para el hogar o ropa. Estaba acostumbrada a que mi madre me diera objetos que ella misma diseñaba, dibujaba y cosía. Me incliné más hacia el hogar para empezar, usando sábanas vintage o telas de segunda mano, obtenidas lo más localmente posible.

El nombre me vino un día en casa de mis abuelos. Ellos viven cerca de campos de colza, y de inmediato me gustó. Pero los materiales crudos que uso son: algodón, lino, cáñamo, lana producida localmente, cáscaras de trigo sarraceno o semillas de lino, según las piezas. En Bretaña, se encuentran fácilmente y aún están muy subvalorados, a pesar de tener propiedades interesantes. 

Mis dos abuelas, ambas modistas, me enseñaron a coser cosas muy rápidamente: ropa, botones. También está el hecho de que estudié bellas artes en Marsella, en la sección de arte. Allí, pasé mucho tiempo tiñendo con plantas o explorando fibras vegetales. 

La idea es ofrecer objetos que puedan adaptarse a cualquier hogar, seguirnos a todas partes: un posavasos, un respaldo de silla, un cojín, ropa de cama o incluso ladrillos de meditación o botellas de agua caliente rellenas de semillas de lino. Principalmente sigo mis necesidades en este proceso creativo. Creo que es una buena manera de encontrar ideas para elementos útiles para el día a día. Tanto mi madre como yo trabajamos en estas piezas. Yo las diseño, mi madre las prototipa, y luego las cosemos juntas. Me encargo de la búsqueda de materias primas. 

Consisten en cojines redondos y ladrillos hechos en una gama de textiles blancos, crudos, beige, rellenos de cáscaras de trigo sarraceno de la granja La Rocheraie, justo al lado de mi casa, que produce una amplia variedad de harinas. Para esta colaboración, principalmente busqué una forma de destacar las bolsas, ya sea a través de la forma de la bolsa, su tono o su material.

Usamos una tela llamada "fleur bleue", se llama "metis", una mezcla de algodón y lino. Y otras telas de los años 70, 80. Cada tipo de soporte es único, y algunos son más difíciles de trabajar que otros.